lunes, 28 de febrero de 2011

Era un día como otro

Todo nuevo, nada nuevo

El mundo seguía su rumbo

Amanecía la rutina como cada día

Gente de todos los colores despertaron

Bendiciendo la dicha de estar vivos unos

Maldiciendo la mala suerte otros

Animales y flores también despertaron



Nada raro apareció hasta el mediodía

Cuando el sol en el cénit resplandecía

Algo extraño sucedía en la tierra, insólito

Lo que nunca se había visto, se vio



No había corazones tristes

Ni estómagos hambrientos

Ni ayes, ni llanto de dolores

Ni explosiones de guerras

Ni crímenes, ni ambiciones

Ni egoísmos, ni envidias



Ese treinta de Febrero

Hubo paz y amor

Hubo conciencia y armonía

Hubo salud y alegría

Hubo igualdad en todo

Hubo respeto por la Tierra

Hubo respeto por la vida

Hubo amor a Dios ese día



©Vicky Toledo

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