A la espesura total de tu existencia
Sigilosa, cadente yo camino
Por la cuerda floja de tu sino
Hechizada, directa a que me quieras
Sin indagar, sin preguntar siquiera
Y me entrego sin recelo a tu fragua
Que derrite el hierro de mis venas
Y es que tú eres la yerba alucinante
Que procura a mi cuerpo palpitante
La noción verdadera del amor
El pudor abre paso al desenfreno
Que ardiente palpitando me somete
Al febril encuentro de tus besos
Al deseo inmenso de los sueños
Trayendo sinfonía a mis oídos
Haciéndome danzar con desvarío
Mi río se desborda de su cauce
Inundando cada vello de tu piel
En la viva rigidez de tu presencia
Llevando el ritmo de la convivencia
Afloran los suspiros y las prisas
El instante de la gloria se aproxima
Cuerpos en paroxismo, mentes vacías
Como en violenta avalancha de fuego
Nos extrae las mieles de lo interno
Convirtiendo en cielo nuestra noche
Llenando el tibio aire de ululares
Creando mil destellos en el aire
Haciendo del arte de amar derroche
Los minutos se detienen esculpiendo
Las siluetas confundidas de dos cuerpos
Tu mirada de mis ojos se me pierde
Y al cerrarlos siento el universo
Que se expande dentro de mi pecho
Infringiendo la ley de lo correcto
Al volver el ambiente es diferente
La calma se apodera de los cuerpos
La mente apacible se aligera
La sonrisa se transluce y se adivina
Huele a amor, a gozo, a desenfreno,
El pudor necio ha quedado en el olvido
Magia pura de tu amor divino
©Vicky Toledo
©Vicky Toledo
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