miércoles, 4 de octubre de 2017

Angeles




El viento con ternura acaricia los árboles 
mientras la luna con amor los baña de luz
ellos se sienten niños y con gesto infantil 
emanan suaves murmullos al aire soñoliento
ligero, frágil, fácil de romper. 

En una noche de tibio verano, aquí 
los ángeles deambulan sigilosos 
dejando en el pasto mullido sus huellas
con delicadeza, casi sin sentir 
huelen a blanco jazmín, a noche sutil. 

El paraíso debe ser algo así,
árboles felices, ángeles risueños 
plenitud de espíritus en la noche clara
un lugar espléndido saturado de amor
donde el alma descansa en los brazos de Dios. 




©Vicky Toledo

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